Buscar en el sitio


Contacto


Contexto

Chile es un país que, para bien y para mal, tiene características que lo hacen particular. De hecho las personas así lo creen: la mayoría piensa que nuestra cultura (41%), democracia (38%), religiosidad (38%) y modelo económico (30%) son únicos y no se parecen al de ningún otro país o continente.[1] Probablemente esta sensación de ser un país especial tiene que ver con ciertos cambios que hemos experimentado en los últimos veinticinco años. El fuerte desarrollo económico vivido particularmente a  mediados de los ochenta y principios de los noventa, junto con la apertura económica de los últimos 20 años, han incidido en nuestro estilo de vida, visión del mundo y forma de relacionarnos. Chile tuvo en 2008 un PIB más de cinco veces mayor que en 1990, sus acuerdos comerciales incluyen a más de 50 países, tiene el PIB per cápita más alto de Latinoamérica y logró bajar la pobreza desde un 38,6% de la población en 1990 a un 13,7% en 2006[2].

  

Esto  se ha traducido en un acceso cada vez mayor por parte de la población a bienes, servicios y un estilo de vida que antes eran impensados. A pesar de que Chile aun está lejos de ser un país desarrollado, los avances en las últimas dos décadas son innegables. Pero ¿qué ha pasado con el desarrollo personal de los chilenos? ¿Cómo es la relación entre las personas? ¿Somos una sociedad feliz?

  

Sólo el 10% de los chilenos cree que se puede confiar en la mayoría de las personas y en promedio declaramos tener cuatro amigos cercanos[3], ambas cifras entre las más bajas de Latinoamérica. Muchos no están conformes con su calidad de vida: el 37% de los chilenos manifiesta tener síntomas de estrés, el 45% de la fuerza laboral trabaja más de ocho horas al día y el 47% se considera algo o muy excedido en su peso[4]. De hecho, en el Índice Mundial de la Felicidad desarrollado por la New Economics Foundation, Chile figura el lugar 51 entre 178 países.[5]

 

Tanto el Gobierno como el sector privado han intentado promover un cambio de mirada frente a la realidad, especialmente en tiempos de crisis, buscando construir una sociedad en la que las personas se relacionen mejor y se sientan más realizadas (¿se acuerdan de la campaña Piensa Positivo?). En este sentido, los profesionales vinculados a las comunicaciones y en general todos quienes piensan que la comunicación puede ayudarnos construir una sociedad mejor, están llamados a ser parte de la solución y tomar una actitud activa.



[1] Encuesta Nacional Bicentenario 2008

[2] Encuesta Casen 2006

[3] Encuesta ECOsocial 2007

[4] Encuesta Calidad de Vida y Salud 2006, Minsal

[5] www.neweconomics.org